sábado, 8 de octubre de 2011

El Perú comienza a soñar con sus “cuatro fantásticos”



Foto: REUTERS/Enrique Castro-Mendivil
Lima, 8 oct (dpa) - La foto repetida en todos los diarios de hoy en el Perú es la obvia: Paolo Guerrero, Jefferson Farfán, Claudio Pizarro y Juan Vargas se abrazan felicesdespués de que el primero abriera la cuenta en el partido en que los peruanos finalmente vencieron por 2-0 a Paraguay.
La foto fue aparentemente “prefabricada”. Cuando Guerrero anotó, tras recibir un pase de Farfán y llevarse a plena potencia a un defensa y al arquero, los “cuatro fantásticos” se buscaron para el abrazo, mientras el resto del equipo, los “mortales”, hacían su propia celebración en otro lado.
Las esperanzas de los peruanos están puestas en ocho piernas y una cabeza. El país está enamorado de sus cuatro máximas figuras internacionales y del técnico uruguayo Sergio Markarián, quien, como seleccionador, ha logrado darle forma a un equipo que parecía no jugar a nada en los tiempos de José Guillermo del Solar.
Y en el partido del debut por la eliminatoria hacia el Mundial de Brasil 2014, esas esperanzas se reforzaron. El cuarteto impuso condiciones frente a un rival complicado, y, con goles de Guerrero, se llevó los tres puntos. Y lo hizo no de cualquier manera, sino jugando bien, gustando.

“Noche fantástica”, dice hoy el diario “El Comercio”,
 que como todos, se desborda en elogios y concluye que un comienzo mejor era ìmposible.
“Tremendo Depredador”, titula a su vez “El Bocón”, en referencia a Guerrero, quien demostró ese temple goleador que ya había dejado ver en la Copa América de Argentina. Si bien los elogios son mayores para el “Depredador”, se extienden para todo el equipo, que superó ampliamente a los paraguayos y quizás mereció incluso una diferencia mayor.
Pizarro, Farfán y Guerrero, que juegan en Alemania para Werner Bremen, Schalke 04 y Hamburgo, respectivamente, y Vargas, que lo hace en Italia para la Fiorentina, son sin dudas las figuras más importantes del fútbol del Perú.
Foto: AFP PHOTO/Ernesto Benavides
Pero individualmente los cuatro habían estado en deuda con la selección, quizás al no encontrar en ella a compañeros de su nivel. Y es que, por una serie de circunstancias, los “fantásticos” duraron años sin juntarse. Para cada partido había al menos un ausente, por lesiones o suspensiones. El maleficio se rompió la noche del viernes.
Y el reecuentro fue explosivo. El cuadro paraguayo, que planteó un esquema conservador, nunca halló la fórmula para detenerlos. Y jugadores más discretos, como Rinaldo Cruzado, Adán Balbín, Roberto Guizasola y Yosimar Yotún también se crecieron para un partido casi perfecto.
El segundo tanto dibujó la unión de talentos. Un lindo pase de taco de Farfán, un Pizarro que gana la línea final y lanza un centro preciso para que Guerrero la empuje con su frialdad de goleador. Vargas, desde atrás, siempre empujó.
Algunos comentaristas decían que Guerrero y Pizarro no podían jugar juntos por parecerse mucho. Contra Paraguay lo desmintieron. Dos puntas, un Farfán penetrando por la derecha y un Vargas por la izquierda, un Cruzado empujando desde el centro y dos laterales con salida como Guizasola y Yotún, demostraron la capacidad de Markarián para sacar provecho de los talentos de cada pupilo.
En las calles de Lima y otras ciudades se armaron fiestas. “Hay que olvidarnos de este partido y pensar en Chile”, advirtió sin embargo Markarián en referencia el encuentro del sábado en Santiago.
Y en medio de las fiestas, muchos pidieron guardar mesura. No sería la primera vez que una gran ilusión peruana se derrumbe. La diferencia es que esta vez hay cuatro “fantásticos” y un técnico no solo con sabiduría para la táctica, sino para manejar a un grupo con personalidades difíciles.
El martes las condiciones serán distintas. De visitantes, en el país en donde más se les hostiliza, con la carga de una rivalidad historia extrafutbolística y frente a un rival urgido de triunfo, será otra ocasión para ver el verdadero nivel de una selección que sueña con volver a un Mundial tras 32 años.

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